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La Justicia ordenó al Instituto Galileo Galilei el pago de una indemnización de más de 6 millones de pesos en favor de una ex alumna que comenzó a sufrir epilepsia por el constante bullying (maltrato escolar) de algunos de sus compañeros de cuarto año de la secundaria.
La sentencia fue dictaminada por la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de la ciudad balnearia y firmada por Ricardo Monterisi, Roberto Loustaunau y Alfredo Méndez quien resolvieron “incrementar el resarcimiento por incapacidad sobreviniente a un total $3.178.847,98 más los intereses que deben ser liquidados” y también reforzaron “el resarcimiento por daño moral a la suma de $3.199.999″. En total, la suma que deberá afrontar la institución supera los $6.378.846.
Vale aclarar que este fallo ratifica el del Juzgado Civil y Comercial N°10, lugar donde se cursó la demanda, firmado en noviembre de 2022 por la doctora Mariana Lucía Tonto de Bessone. Según medios locales, la estudiante padeció “episodios de hostigamiento, abusos, abucheos, silbidos, gritos y críticas por parte de los compañeros” que también incluyó “ultrajes físicos” contra la chica “como empujones y trabas para que se tropezara”. Otras de las “bromas” fue escribirle el sweater con un marcador, colocarle chicle en el pelo y derramarle gaseosa en su cabeza.
Palabras como “tragalibros” o “la estudiosa” como así también de “apartarla de grupos de WhatsApp” eran una constante en la discriminación escolar de la adolescente quien -según se citó en el fallo en palabra de las autoridades escolares- fue derivada para “hacer una terapia”. Según el expediente, la joven jamás tuvo contención psicológica por parte del colegio como así tampoco se puso en práctica el Acuerdo de Convivencia, incluyendo reflexiones intergrupales.
Es más, la ex alumna le entregó una carta a los directivos de la institución para que sea leída delante de sus compañeros, ante la desesperación por ser escuchada. En aquel escrito, presentados por uno de los jueces que participaron del caso, la joven informaba querer “recomponer la relación antes de emprender el viaje o la fiesta de egresados”. Desde el instituto, según la querella, “los directivos ni siquiera leyeron la carta”.
Como resultado de las repudiables prácticas de los compañeros hacia la chica, ella comenzó a padecer convulsiones y, según los profesionales que la trataron, la diagnosticaron con epilepsia por los eventos “perturbadores” a los que fue sometida por sus ex compañeros. “Las situaciones emocionales y de estrés eran desencadenantes de las crisis epilépticas”, sostienen fuentes de la investigación como así también -según palabras del neurólogo de la joven- se le recomendó “alejarse de fuentes de estrés o evitarlas a toda costa, incluyendo a la escuela”.
Según la resolución del artículo 1767 del Código Civil y Comercial, la Justicia marplatense entendió que colegio “debía responder por el daño sufrido” por tener una responsabilidad “objetiva y agravada”. Por su parte, desde el colegio negaron responsabilidades al respeto y minimizaron la situación: “tal vez las situaciones que pudo haber vivido no fueron tan estresantes o directamente nunca existieron”, reza el expediente. Además, los directivos escolares indicaron que el trastorno epiléptico de la joven “era preexistente”.