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13 Jul, 2023
Es más común de lo esperado leer noticias y ver imágenes de distintos artistas que intentan ganarle al inexorable paso del tiempo. Cirugías estéticas, tratamientos rejuvenecedores, todo parece poco al momento de intentar detener el reloj biológico. Sin embargo, al ver la serie El método Kominsky, protagonizada por Michael Douglas y Alan Arkin se puede comprobar que no siempre es así. Disfrazada de comedia narra ese tiempo entre fatal y esperanzador que es la vejez.
En la segunda temporada Arkin se enamora de una mujer elegante, bella, vital y de su misma edad y no varias décadas menor. La actriz elegida no solo aceptó el desafío, además exigió que la avejentaran y pidió una peluca canosa. Se trata de Jane Seymour, la actriz que en los 90 se hizo famosa como la Dra Quinn, en los 70 fue chica Bond y a los 67 años posó para Playboy.
Tras cautivar en 1973 con su rol como Solitaire en Live and Let Die, luego en 1980 formaría parte del elenco de En algún lugar del tiempo con Christopher Reeve. Más tarde protagonizaría una película española, El túnel, de Antonio Drove.
Pero sin lugar a dudas fueron sus trabajos para la televisión, como su papel de la doctora Michaela ‘Mike’ Quinn en la serie La doctora Quinn (con 150 episodios y dos películas entre 1993 y 1998), los que la catapultaron al estatus de estrella internacional, conocida en todos los rincones del mundo.
Tras casarse en cuatro oportunidades y dar vida a cuatro herederos, Seymour a los 67 años volvió a patear el tablero. Prueba de esto fue su participación, por tercera vez, en una producción de la revista Playboy. Tras debutar en 1973 en las páginas de la, en ese entonces, osada publicación, luego sería convocada en 1987 para volver a seducir a millones de personas con su elegancia y belleza natural.
Pero sin lugar a dudas, ha sido su última producción fotográfica la que generó gran cobertura mediática. En un mundo donde incluso jóvenes de 20 años parecen caricaturas de si mismas debido a intervenciones quirúrgicas realizadas en la mayoría de los casos sin necesidad, la británica ha logrado preservar sus rasgos y frescura, sin caer presa de los mandatos de Hollywood que dictan que, sobre todo las mujeres, deben ser eternamente aniñadas.
“No me he hecho ninguna cirugía o inyecciones, por lo que todavía me veo como yo misma” confesó Seymour en diálogo con la publicación creada por el fallecido Hugh Hefner. “Todos los días me siento tentada, pero luego miro a quienes lo hicieron y no los reconozco. Estoy siendo auténtica al ser yo misma y eso es muy importante para mi”, destacó.
Luego de medio siglo de una carrera cargada de éxitos, con dos Globos de Oro y un premio Emmy en su haber, la actriz confesó sentirse más segura de si misma que nunca antes: “Me siento más sexy hoy que cuando era más joven. El haber vivido todo lo que viví me ha dado una enorme libertad. Me siento cómoda en mi propia piel”.
En la entrevista con Playboy, Seymour además hizo referencia a un caso de acoso sexual que sufrió en 1972, cuando un productor se propasó durante una audición. “Fui a su casa esperando que hubiese más gente, pero estaba él solo. Me mostró mi prueba de cámara y luego nos sentamos en un sillón. Me dijo que sería perfecta para la película y que ahora sería mi turno de hacer lo que debía” contó.
Luego de posar su mano en el muslo de la actriz, el productor comenzó a moverla hacia arriba: “Crucé las piernas y me hundí en el sofá, no tuve más opción que levantarme e irme. Luego me dijo que si alguien se enteraba de lo sucedido no trabajaría en ningún otro sitio del mundo, y tenía realmente el poder para hacerlo. Me subí al taxi y lloré de regreso, aterrorizada”.
Seymour admitió que después de ese episodio dejó de actuar por un período de tiempo, pero al tiempo se propuso no sentirse intimidada, algo que luego quedaría demostrado mediante una fructífera carrera que ha logrado prolongar al día de hoy.