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13 Jul, 2023
El desenlace es un elemento crucial para determinar el éxito o fracaso de cualquier narrativa. Y esto también aplica al ámbito cinematográfico. Numerosas películas aseguraron su lugar entre los títulos más destacados de todos los tiempos debido a que sus equipos creativos lograron encontrar la escena o incluso la frase perfecta para cerrar la trama de manera adecuada.
Resulta evidente que todo esto podría haber cambiado si algunos de los grandes clásicos del cine hubieran optado por utilizar sus finales alternativos, transformándose en simples filmes, o redefiniendo el concepto de la película al cambiar el tono en el que se relata. La pregunta quedará flotando por siempre y nadie podrá nunca contestarla, aunque quizás sea un amplio motivo de debate tanto en círculos especializados como en aquellos de cinéfilos amateurs: ¿cuál habría sido el impacto en el público si estas películas hubieran presentado los finales pensados en un principio?
La película protagonizada por Ashton Kutcher trata sobre los viajes en el tiempo y sus consecuencias en la vida de las personas, se presenta un final alternativo que es considerablemente más oscuro en comparación con el original.
En la versión oficial, con el fin de solucionar todos los problemas que ha causado a las personas a su alrededor, Evan regresa a su infancia, al día en que conoce a Kayleigh, su interés amoroso a lo largo de la película. Posteriormente, de manera intencionada, Evan asusta a la niña, logrando que nunca viva en el vecindario. De esa manera se asegura que sus vidas jamás volverán a cruzarse.
Sin embargo, la versión alternativa revela que la solución de Evan consistía en retroceder muchísimo más en el tiempo, cuando aún se encuentra en el vientre materno. El bebé utiliza su propio cordón umbilical para ahorcarse dentro del útero de su madre. Este desenlace sugiere que los niños que nacieron muertos, que la mamá de Evan tuvo antes que él, habrían tomado la misma decisión trágica.
El final alternativo del clásico filme de Arnold Schwarzenegger presenta a una Sarah Connor ya anciana, que reflexiona sobre un futuro apocalíptico que nunca llegó a suceder. Todo a su alrededor es sereno y estable. Su hijo, John Connor, ahora es congresista y tiene una pequeña hija. Todos disfrutan de un apacible día en el parque. Esta escena contrasta directamente con las pesadillas que Sarah experimenta a lo largo de la película. Un final feliz. Pero este desenlace alternativo no resulta sorprendente, sino más bien insípido. Y si se hubiera aceptado como el final oficial, también habría evitado el futuro que experimentó la franquicia: allí habría concluido la saga.
No llegó a filmarse, pero gracias a la revelación de unos storyboards exclusivos, supo cuál hubiera sido el final alternativo de la película, que difiere completamente de las persecuciones de los velociraptores a nuestros protagonistas. En esta versión era el T-Rex quien se encargaba de perseguir al personaje de Sam Neill y al resto del grupo en la secuencia final: de acuerdo con los bosquejos, el imponente dinosaurio va tras ellos desde que salen del jeep hasta que, en el último instante, logran entrar al helicóptero de rescate. La duda sigue instalada: ¿no habría quedado mejor un desenlace así?
La historia de amor entre Julia Roberts y Richard Gere que enamoró a todos, en sus inicios era un cuento mucho más sombrío; de hecho, el título original era 3000, teniendo en cuenta los dólares que le pedía Vivian Ward al millonario Edward Lewis para pasar tiempo a su lado. Como recuerda la actriz, el primer guion mostraba en su escena final al magnate empujando del vehículo de la joven para que se fuera: ya no la quería. Luego le lanzaría por la ventanilla un fajo de billetes para pagarle los servicios prestados. Vivian terminaría a los ojos del espectador tirada en un callejón abandonado y oscuro, regresando a sus orígenes marginales. “No tenía ningún interés en estar en una película como esa”, revelaría Julia.
El destino quiso que tres días después de presentársele el guion a Roberts, el estudio quebrara y el filme cayera en manos de Disney, quien se interesó por la historia, pero sin detalles sombríos o lúgubres, logrando una comedia romántica que pasaría a la historia.
El desenlace del filme se presenta de manera bastante sencilla: John Rambo (Sylvester Stallone) se encuentra en una estación de policía y le revela al Coronel Trautman sus demonios internos y el drama en el que lo sumergió la guerra, para luego entregarse a las autoridades. Sin embargo, el director Ted Kotcheff inicialmente no tenía planes muy optimistas para el destino de personaje, ya que contemplaba concluir la película con el protagonista forzando su propia muerte, de manera que se enfatizara su trágica existencia. En definitiva, así culminaba First Blood, el libro de David Morrell en el cual se basó el filme.
Además de su confesión, en ese final alternativo Rambo demuestra que no puede continuar lidiando con las secuelas de su trauma de combate. Como solución, le solicita al coronel que lo mate de un solo disparo. El hombre se niega. John toma el asunto en sus propias manos y aprieta el gatillo, acabando con su existencia.
De ese modo se había establecido hasta que Stallone intervino, luego de percatarse del inmenso potencial de Rambo y de las oportunidades de expandir su historia mediante una lucrativa franquicia, en un caso similar al de Terminator II. Así surgió un final más esperanzador y, sobre todo, abierto a nuevas historias, lo cual aseguraba la posibilidad de futuras apariciones del personaje.
Las predicciones del actor no resultaron en vano, ya que Rambo no solo se convirtió en uno de los personajes más icónicos de su trayectoria, sino también en uno de los más duraderos, con cinco películas realizadas a lo largo de casi 40 años.
Si Alien se convirtió en una de las franquicias más trascendentales y relevantes de todos los tiempos no es solo gracias a su aterradora criatura, sino también al magnífico trabajo interpretativo de Sigourney Weaver en el papel de Ellen Ripley.
La eterna rivalidad entre Ripley y el monstruo sirvió como base fundamental de toda la historia. No obstante, todo habría cambiado si el proyecto cinematográfico hubiera optado por una perturbadora idea propuesta por el director Ridley Scott, quien especuló con la decapitación de la heroína tras sufrir una mordedura del monstruo, permitiendo luego que éste registrara en su diario de actividades utilizando una voz femenina.
Los productores descartaron esta idea al considerarla excesivamente oscura, pero también debido a que requería una inversión adicional para llevar a cabo los efectos necesarios en la secuencia. Y fue lo mejor, ya que aunque las secuelas posteriores pudieron prever algunos aspectos de La resurrección (1997), en la cual Ripley regresa como un clon, la prematura muerte de la protagonista habría dado lugar a una trama completamente diferente a la que todos conocemos y recordamos.
En la versión oficial del filme, el avión se estrella cerca de la sede de la OMS en el Reino Unido después del ataque zombie, y Gerry Lane (interpretado por Brad Pitt) logra probar su teoría y encontrar una especie de cura para combatir a los zombies. Luego se reúne con su familia, que se encontraba en un campamento de refugiados.
Sin embargo, en la versión desechada el avión no llega al Reino Unido sino a Moscú. Una vez que aterrizan sin problemas en Rusia, Gerry y Segen (Daniella Kertesz) son sorprendidos por los militares, quienes ejecutan a los ancianos y a los enfermos. Un soldado le quita el teléfono a Gerry y lo toma como rehén. En un salto temporal, vemos al hombre luciendo una barba frondosa. Los rusos lo han incluido en un grupo de exterminio de zombies, convirtiéndolo en un enemigo letal para los Z.
Su siguiente misión los lleva a los túneles del metro de Moscú, donde utilizan a Lobo, una especie de pala convertida en hacha que aparece en el libro de Max Brooks. Su única tarea es matar zombies; incluso presenciamos cómo tiene que acabar con uno de sus compañeros después de ser mordido. Finalmente, llegan a la Plaza Roja, donde los soldados dividen a las personas según su religión, creyendo que luchan mejor cuando están rodeados de personas con su misma fe.
Gerry se ofrece voluntario para enseñar a los demás a usar a Lobo, y mientras lo hace, se da cuenta de que los Z no son tan rápidos como en Jerusalén. Comienza a sospechar que el frío podría afectarlos. En este punto se desarrollaría una gigantesca batalla en la Plaza Roja, planeada originalmente para durar 12 minutos y que ya contaba con algunas escenas filmadas en Budapest.
Cuando van a informar a sus superiores, se encuentran con el soldado que le quitó el teléfono a Gerry, quien está bebiendo con varias mujeres obligadas a estar allí. Una de ellas resulta ser Segen. Gerry toma una granada cercana y la arroja a la habitación, sacando primero al soldado. Finalmente, cuando le explican el plan al general, este decide seguir sus instrucciones. Apagan todos los fuegos y obligan a los Z a dirigirse a zonas más frías, donde se vuelven casi inofensivos y fáciles de matar. Parece que han encontrado la solución.
En medio de la alegría, Gerry recupera el teléfono y llama a su esposa Karin (Mireille Enos). Aquí es cuando comienza el verdadero problema que plantea este final. Cuando Gerry la llama para explicarle la solución del frío, resulta complicado para Karin debido a que se encuentra en un campo situado en una zona muy cálida, ella cuelga precipitadamente. Entonces descubrimos que tuvo que utilizar su propia vida como moneda de cambio para permitir que pudiera quedarse junto a sus hijas.
Por lo tanto, ahora se encuentra con el soldado que los salvó del techo al comienzo de la película, interpretado por Matthew Fox (por razón contrataron a un actor tan conocido). Este soldado vuelve a llamar a Gerry para informarle que su esposa ha rehecho su vida con él y sugiere que él debería hacer lo mismo. Gerry no se lo cree y emprende un viaje a pie junto a Segen y uno de los pocos amigos que ha hecho en Rusia, en busca de un barco que lo lleve a su esposa.
La película termina con Gerry y sus compañeros llegando a la costa de Oregón y atacando a cualquiera que se interponga en su camino hacia Karin.
Este abrupto final resulta muy inusual y deja claro que es una idea que no terminó de cuajar. El hecho de que Karin tuviera que venderse a sí misma rompía por completo el tono de filme apto para mayores de 13 años que intentaron mantener en la película, al igual que la representación de Brad Pitt como un asesino de zombies desaliñado y sin compasión. Los productores decidieron seguir con su idea de una película de terror para toda la familia, manteniendo a Gerry como un héroe convencional.
Pese a todo, esta versión alternativa habría mantenido un tono más fiel a la novela original.